La Unión apuesta por un pacto global sobre medio ambiente ante las negociaciones de Naciones Unidas
El 29 de marzo darán comienzo en Bonn, las negociaciones para alcanzar un nuevo y ambicioso acuerdo mundial para combatir el cambio climático, ante las cuales la Unión Europea hace un llamamiento para que se realicen avances tangibles. El nuevo acuerdo mundial, que entraría en vigor en 2013, debe alcanzarse en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima que tendrá lugar en diciembre en Copenhague.
Hace un año dieron comienzo las negociaciones en las Naciones Unidas con vistas a conseguir un acuerdo mundial sobre el clima para el período posterior a 2012, año en que expiran los objetivos de emisión establecidos en el Protocolo de Kioto.
Durante el año 2008 se celebraron reuniones en cuatro ocasiones, la última de las cuales fue la Conferencia sobre Cambio Climático celebrada en Poznan en diciembre, tras lo cual se inciará en Bonn el próximo 29 de marzo la primera sesión de negociaciones de las tres previstas a nivel oficial en 2009 con vistas a la preparación de la Conferencia de Copenhague de diciembre. Será también la primera sesión desde la toma de posesión en enero del Presidente Obama, que se ha comprometido a que los Estados Unidos lideren la lucha contra el cambio climático.
Las negociaciones siguen dos sendas paralelas: en una se abordan las medidas de cooperación a largo plazo dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en la que los Estados Unidos son Parte; la otra se centra en el establecimiento de compromisos para después de 2012 en relación con las emisiones de gases de efecto invernadero de países desarrollados con arreglo al Protocolo de Kioto, que los Estados Unidos no han ratificado.
- Los debates dentro de la CMNUCC se basarán en un documento que expone los componentes de un acuerdo sobre la base de propuestas e ideas formuladas por las Partes. Ese documento, elaborado por el presidente de las negociaciones en este marco, tiene por objeto poner en perspectiva el proceso de negociación describiendo los puntos de convergencia, analizando soluciones para resolver los puntos de divergencia y señalando las lagunas que deben colmarse para poder llegar a un acuerdo. Los resultados de las negociaciones servirán de base para un primer proyecto de acuerdo de Copenhague, que debe presentarse a tiempo para la siguiente sesión de negociaciones que tendrá lugar en junio.
- Las negociaciones sobre nuevos compromisos en materia de emisión para países desarrollados, en el marco del Protocolo de Kioto, abordarán una lista de asuntos establecida en la Conferencia de Poznan. Entre esos asuntos figura la magnitud de las reducciones de emisiones que deben conseguir los países desarrollados como un grupo, las contribuciones de cada una de las Partes a ese objetivo, y la duración del período en el que deben realizarse esas reducciones. Las negociaciones se basarán en consultas y talleres previos a las sesiones sobre la magnitud de las reducciones necesarias, los futuros mecanismos de mercado de Kioto y normas para tener en cuenta la silvicultura y los usos del suelo en el cálculo de las emisiones.
Basándose en una Comunicación adoptada por la Comisión en enero de 2009, la UE ha establecido una postura global sobre el acuerdo de Copenhague en una serie de conclusiones del Consejo, en particular las adoptadas por el Consejo de Medio Ambiente el 2 de marzo y las conclusiones de la Presidencia del Consejo Europeo de los días 19 y 20 de marzo. El Parlamento Europeo ha contribuido también con un informe de propia iniciativa.
El objetivo de la UE es impedir que el calentamiento medio del planeta sea superior o igual a 2°ºC respecto a la temperatura preindustrial (alrededor de 1,2 º más que la temperatura actual), ya que hay sólidas pruebas científicas que demuestran que, más allá de ese umbral, aumentará enormemente el riesgo de cambios ambientales irreversibles y probablemente catastróficos.
La UE propone que los países desarrollados, como un grupo, reduzcan de aquí a 2020 sus emisiones de gases de efecto invernadero un 30 % respecto a los niveles de 1990, y que los países desarrollados, sobre todo las grandes economías emergentes, limiten antes de esa misma fecha el aumento de sus emisiones colectivas a entre un 15 %-30 % por debajo de los niveles que se registrarían en una situación sin cambios.
La UE reconoce que los países desarrollados tendrán que incrementar considerablemente las ayudas públicas y privadas a los países en desarrollo para que estos puedan limitar el aumento de sus emisiones y adaptarse al cambio climático, y está dispuesta a contribuir por su parte de forma equitativa. Se prevé asimismo que el mercado internacional ampliado del carbono desempeñe un papel importante para contribuir a limitar y reducir las emisiones al menor coste.