Bruselas presenta sus propuestas para el acuerdo global sobre cambio climático

La Comisión Europea ha presentado sus propuestas para un exhaustivo y ambicioso acuerdo internacional de lucha contra el cambio climático y para su financiación. Ese nuevo acuerdo se firmará en principio durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático que se celebrará en Copenhague en el mes de diciembre. Las propuestas de la Comisión incluyen la creación de un mercado de carbono en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para 2015 y el desarrollo de innovadores sistemas internacionales de financiación basados en los niveles de emisiones de los distintos países y en su capacidad de pago.

El objetivo del nuevo Acuerdo global de lucha contra el cambio climático es mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C sobre la temperatura de la era preindustrial, habida cuenta de las concluyentes pruebas científicas según las cuales, superado ese punto, el cambio climático supondría un grave peligro.

Para alcanzar este objetivo, las emisiones globales deben alcanzar su nivel máximo antes de 2020 y, a partir de ahí, reducirse hasta llegar en 2050 a un valor inferior al 50% de los niveles de 1990. Ello reclamará la actuación tanto de los países desarrollados como de los países en desarrollo:

  • Los países desarrollados deben encabezar la iniciativa y, de aquí a 2020, recortar sus emisiones colectivas en un 30% con respecto a los niveles de 1990. La UE ha dado ejemplo al comprometerse a reducir sus emisiones en un 30% si los demás países desarrollados asumen compromisos de reducción semejantes, y ya ha implantado medidas dirigidas a la reducción de sus emisiones en un 20%.
  • Los países en desarrollo deberán limitar, también de aquí a 2020, el aumento de sus emisiones colectivas entre un 15% y un 30% por debajo de los niveles que se derivarían de la no intervención. Para ello, tendrán que conseguir, entre otras cosas, atajar la pérdida de la cubierta forestal.

PROPUESTAS DE LA COMISIÓN

Financiación de un desarrollo bajo en carbono

Si se pretende reducir las emisiones, es probable que las inversiones adicionales mundiales netas tengan que incrementarse en unos 175.000 millones de euros anuales en 2020, según estimaciones de expertos independientes. Aproximadamente la mitad de ese importe habrá de corresponder a los países en desarrollo. Hasta 2020, el grueso de las medidas adoptadas en esos países tendrá pocos costes (o incluso beneficios), y deberá financiarse internamente. La ayuda financiera internacional destinada a las intervenciones que superen las capacidades nacionales deberá proceder de fuentes como las arcas públicas y los mecanismos internacionales de asignación de créditos de carbono.

Por otro lado, todos los países desarrollados y en desarrollo deberán elaborar estrategias nacionales de adaptación al cambio climático, y deberá dispensarse ayuda para la adaptación de los países menos desarrollados más vulnerables y de los pequeños estados insulares en desarrollo.

Además, la UE debería explorar posibles fuentes innovadoras de financiación internacional basadas en el principio de que quien contamina paga y en la capacidad de pago. Asimismo, para ayudar a los países en desarrollo, los Estados miembros de la UE podrían emplear parte de los futuros ingresos procedentes de la subasta de sus derechos con arreglo al Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (RCCDE).

Mercado global de carbono

Con el objetivo de mitigar las consecuencias del cambio climático y de recabar fondos para combatirlo, la UE debería fijarse el objetivo de implantar, para 2015, un sólido mercado de carbono en la OCDE, fusionando el RCCDE con otros sistemas comparables de limitación y comercio de emisiones. Antes de 2020, ese mercado deberá ampliarse, abarcando a las principales economías emergentes, para crear un mercado global de carbono.

Igualmente, la Comisión considera necesario reformar el Mecanismo para un desarrollo limpio del Protocolo de Kioto. En los países en desarrollo más avanzados y en los sectores económicos altamente competitivos, ese mecanismo deberá sustituirse gradualmente por un mecanismo sectorial de asignación de créditos y por sistemas de limitación y comercio de las emisiones.