La UE propone medidas para superar la crisis en el sector del automóvil
La Comisión Europea aboga por un enfoque proactivo para apoyar a la industria automovilística en sus esfuerzos por superar la crisis y mitigar sus efectos negativos, así como para garantizar la competitividad del sector a largo plazo. Basándose en el Plan europeo para la recuperación económica de 2008, Bruselas propone medidas para mejorar el acceso al crédito, clarificar las normas la concesión de las ayudas estatales en circunstancias especiales, impulsar la demanda de vehículos nuevos a través de acciones coordinadas de los Estados miembros, minimizar los costes sociales, proteger la mano de obra y garantizar una competencia leal en los mercados abiertos. Asimismo, plantea una nueva asociación con la industria, los sindicatos y los Estados miembros en el marco de la iniciativa CARS 21.
Debido a la importante dependencia de los equipamientos y del comercio en lo que respecta a la industria del automóvil, así como los estrechos vínculos que tiene con otros sectores, las consecuencias económicas negativas de la crisis afectan a 12 millones de trabajadores de este sector en todos los Estados miembros. Así, por ejemplo, las matriculaciones se han reducido un 20% y las expectativas para 2009 se anuncian especialmente sombrías. En esta línea, el Parlamento Europeo debatió recientemente los efectos de la crisis financiera sobre la industria del automóvil. Numerosos diputados pidieron que el apoyo financiero a la industria y a los fabricantes se focalizara en las tecnologías verdes.
A este respecto, “los gobiernos deben abordar los problemas a los que enfrenta el sector a corto plazo, preparando al mismo tiempo su rectificación a largo plazo así como la de la economía en su conjunto. Asimismo, debemos fomentar la producción y las ventas de automóviles en el mercado. Las líneas de acción propuestas nos ayudarán a los gobiernos a tomar las medidas adecuadas para conseguirlo”, declaró la Comisaria de Competencia, Neelie Kroes.
Es sobre todo a la industria quien tiene la responsabilidad de gestionar la crisis. No obstante, en el Plan europeo para la recuperación económica se definieron los criterios fundamentales de la ayuda pública a la industria del automóvil.
El nuevo marco de ayudas estatales de carácter temporal aprobado en diciembre de 2008 y revisado en febrero de 2009 tiene por objeto permitir a los Estados miembros conceder ayudas a las empresas que se enfrentan problemas de liquidez y cuyos problemas proceden de la crisis. En el marco de la producción de productos ecológicos, las medidas de ayuda también incluyen préstamos cuyas tasas se establecen en función de los costes.
Este apoyo público debería hacerse preferiblemente por medio de los instrumentos estratégicos horizontales aplicables al conjunto de la industria y debería lograrse mediante una combinación de acciones a escala europea y de los Estados miembros. En este sentido, se espera, que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) apruebe en marzo proyectos en el sector del automóvil por un total de 3,8 millones de euros, mientras que otros proyectos se están estudiando para un total de 6,8 millones de euros.
Cabe señalar que las sucursales financieras de los fabricantes de automóviles también pueden beneficiarse de la ayuda al amparo de los regímenes aprobados por la Comisión para el sector bancario.
Por otra parte, la Comisión propone reforzar la iniciativa CARS 21, lanzada en 2005, a través de la una mesa redonda con los Estados miembros, la industria del automóvil y los sindicatos para que sirva de plataforma para la información mutua y el intercambio de opiniones y mejores prácticas. Además de la iniciativa CARS 21, la Comisión ya puso en marcha en octubre de 2007, la Asociación europea para la anticipación del cambio en la industria del automóvil. Esta asociación proporciona una plataforma para anticipar y mitigar el costo social de la reestructuración. La Comisión invita también a los Estados miembros a utilizar plenamente las diversas posibilidades existentes:
- Diversos fondos e instrumentos de la política de la Unión podrán ser movilizados para apoyar el coste social del ajuste y garantizar que los niveles de cualificación requeridos para garantizar la futura competitividad de la industria se conservan en el sector;
- Un aumento de los pagos anticipados del Fondo Social Europeo (FSE) y la simplificación de los criterios pueden contribuir a la lucha contra el desempleo, por ejemplo apoyando a trabajadores desempleados mediante la financiación de acciones de formación y la asunción de una parte de los salarios y los costes laborales no salariales.
- También es importante estudiar las posibilidades de solicitud de asistencia financiadas por el Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización (FEAG). El fondo ya ha intervenido en cuatro casos relacionados con la industria del automóvil, como el de los 1.082 trabajadores despedidos en Castilla y León y Aragón para los que se ha aprobado 1,69 millones de euros, y se está estudiando una quinta intervención.
La situación del sector automovilístico se ve agravada por un riesgo creciente de proteccionismo o la reaparición de reflejos nacionalistas. El proteccionismo amenaza con reducir el acceso a los mercados de terceros países para los fabricantes europeos. Los primeros casos ya se han observado en otros países, por ejemplo en forma de nuevas obligaciones en materia de licencias de importación o de un aumento de los derechos de entrada. La Unión Europea se ha comprometido a evitar la introducción de nuevas restricciones que se están creando en contra de países terceros y espera lo mismo de sus socios comerciales.