La Comisión define las condiciones para la reestructuración de los bancos
La Comisión Europea ha presentado una Comunicación que describe su enfoque para evaluar las ayudas de reestructuración que los Estados Miembros han proporcionado a los bancos. Las directrices, que estarán en vigor hasta el 31 de diciembre del 2010, explican, en concreto, cómo la Comisión pretende aplicar una serie de principios en el contexto de la actual crisis del sistema financiero, con vistas a contribuir al restablecimiento de la viabilidad del sector bancario europeo.
La Comisión tiene que atender a un gran número de casos individuales de reestructuración de entidades bancarias, que derivan de medidas de ayuda para el salvamento de dichas entidades a condición de que se presente un plan de reestructuración en el plazo de seis meses.
Para fomentar la transparencia, previsibilidad e igualdad en el tratamiento entre los Estados Miembros, la Comisión ha emitido unas directrices para aclarar su enfoque, los criterios sobre los que se basará su evaluación y el tipo de información requerida para guiar su evaluación.
Estas anteriores directrices han explicado, en concreto, las condiciones bajo las cuales se requiere que los bancos presenten un plan de reestructuración. La nueva Comunicación destaca cómo la Comisión hará uso de las normas de competencia para apoyar la estabilidad financiera.
El documento está basado en tres principios fundamentales:
- Los bancos subvencionados deberán volver a ser viables a largo plazo sin nuevas ayudas estatales.
- Los bancos subvencionados y sus propietarios deben asumir la carga que les corresponde de los costes de reestructuración.
- Deben tomarse medidas para limitar el falseamiento de la competencia en el mercado único.
Prueba de esfuerzo
En este contexto, la Comunicación subraya que con el fin de diseñar estrategias para un futuro sostenible, los bancos tendrán que someter su actividad a una prueba de esfuerzo. Para ello se precisa un diagnóstico de los puntos fuertes y débiles de la entidad bancaria, lo que puede llevar a replantear su modelo empresarial, revelar los activos cuyo valor ha sufrido un deterioro y negociar con ellos, abandonar actividades que generen pérdidas o incluso considerar la absorción por parte de un competidor viable o una liquidación ordenada.
La Comunicación deja claro que los bancos subvencionados y sus accionistas deben asumir la responsabilidad que les corresponde por su comportamiento pasado y contribuir a la reestructuración de la entidad con recursos propios en la medida de lo posible. En particular, esto supone que se remunere debidamente al Estado por la ayuda facilitada. Cuando esto no sea posible de inmediato a causa de las circunstancias del mercado, dicho reparto de la carga se exigirá en una fase posterior.
Por último, la Comunicación analiza los falseamientos de la competencia resultado de las ayudas estatales a los bancos y presenta medidas para limitarlos. Estos falseamientos pueden derivarse de los comportamientos continuados caracterizados por ser inadecuados o excesivamente arriesgados y/o de su permanencia en el mercado en detrimento de los competidores.
La Comunicación de la Comisión sobre la reestructuración bancaria complementa las directrices sobre la evaluación de las ayudas estatales para los bancos que la Comisión ha adoptado desde el principio de la crisis financiera en cuanto a garantías, recapitalización y el tratamiento de activos cuyo valor ha sufrido un deterioro
La Comunicación complementa y perfecciona la Comunicación bancaria, donde la Comisión expuso los principios que rigen la aplicación de las normas sobre ayudas estatales a cualquier medida de apoyo para los bancos en el contexto de la crisis financiera mundial, así como a la la Comunicación de recapitalización, que detallaba los principios generales para la recapitalización de los bancos, y a la Comunicación que establecía los principios que deben ser seguidos en el tratamiento de activos que han sufrido deterioro.