Comienza la Cumbre del G-20 en Londres

Tras la celebración de la primera Cumbre del G-20 en Washington, los dirigentes del mundo que representan el 85% de la producción mundial se reúnen en Londres el 2 de abril de 2009, con el fin de impulsar nuevas reformas económicas y un plan global para la recuperación económica. En el orden del día, cuestiones fundamentales están en juego para que las principales economías del mundo se muevan en una misma dirección y sienten las bases para la recuperación económica sostenible y lograr un acuerdo de cooperación económica.

La Cumbre de Londres estuvo precedida por la Cumbre del G-20 celebrada en Washington, que tuvo lugar entre el 14 y el 15 de noviembre de 2008 en la capital estadounidense, como resultado de una iniciativa de los Presidentes Barroso y Sarkozy. En la Cumbre de Washington, los líderes alcanzaron un acuerdo general sobre la forma de cooperar en áreas clave, a fin de fortalecer el crecimiento económico, frente a la crisis financiera, y evitar crisis similares en el futuro.

El seguimiento de la Cumbre del G-20, celebrada en Londres el 2 de abril 2009 tiene como objetivo convertir este consenso en una serie de acciones concretas. En la Cumbre, los países tienen que unirse para mejorar la coordinación a nivel mundial con el fin de ayudar a restablecer el crecimiento económico mundial, centrándose en tres compromisos:

  • En primer lugar, tomar las medidas necesarias para estabilizar los mercados financieros y que las familias y las empresas puedan superar la recesión.
  • En segundo lugar, reformar y fortalecer la situación financiera y económica del sistema para restaurar la confianza.
  • En tercer lugar, poner la economía mundial en vías de crecimiento sostenible.

En opinión de la Unión Europea tal como se acordó en el Consejo Europeo, los principales objetivos de la Cumbre del G-20 en Londres han de ser: la promoción del retorno al crecimiento económico, la gestión y prevención de la crisis mundial, una mejor regulación de los mercados financieros; apoyo a los países en desarrollo en respuesta a la crisis.

El Presidente Barroso destacó que "el G-20 debe tener un enfoque global y ambicioso. Esa es la única manera en que el mundo pueda salir de esta crisis sin correr el riesgo de una crisis peor en el futuro. El G-20 no se va a elegir entre los elementos de un menú. Necesitamos un estímulo fiscal coordinado y sobre los avances en la regulación financiera. Al mismo tiempo, debemos resistir todas las formas de proteccionismo, y debemos cumplir con nuestros compromisos para los países en desarrollo. También tenemos que impulsar tanto el gobierno y los recursos del FMI y otras instituciones internacionales. Esta cumbre no sólo poner fin a la crisis, será además un paso muy importante en el camino hacia la confianza y la recuperación, así como a las instituciones mundiales del siglo XXI".