La economía de la UE se estabilizará en 2010, según las previsiones

De acuerdo con las previsiones de primavera efectuadas por la Comisión, el PIB disminuirá un 4 % en la Unión Europea este año y se estabilizará de manera general en 2010. Los factores principales de la recesión son el empeoramiento de la crisis financiera mundial, una brusca contracción del comercio mundial y las correcciones que se están produciendo en los mercados de la vivienda de algunas economías. No obstante, se espera que el crecimiento vuelva a cobrar un cierto impulso en 2010 al paso que las medidas de estímulo fiscal y monetario surtan efecto. Los mercados laborales se verán gravemente afectados y se cree que la tasa de paro llegará al 11 % en la UE en 2010. Asimismo, se prevé que el déficit público aumente bruscamente, hasta situarse en el 7,25 % del PIB en 2010, como consecuencia de la desaceleración y de las medidas discrecionales adoptadas para sostener la economía, conforme al Plan Europeo de Recuperación propuesto por la Comisión.


El empeoramiento de la crisis financiera ha producido una contracción de la actividad a escala planetaria y una fuerte caída del comercio y la producción industrial mundiales durante el invierno. El bache económico afecta a un número de países cada vez mayor, entre ellos, países emergentes y en desarrollo. No obstante, se prevé que, al paso que las medidas de estímulo fiscal y monetario surtan efecto y la crisis financiera se vaya agotando, el crecimiento del PIB mundial vuelva a ser positivo en el segundo trimestre de 2009 y llegue al 2 % en 2010.

La recesión que comenzó en el segundo trimestre de 2008 empeoró hacia finales de año, como lo demuestra que tanto el PIB de la UE como de la zona del euro se contrajesen en torno al 1,5 % (tasa de variación intertrimestral) en el último trimestre. Análisis y datos objetivos dejan entrever un nuevo deterioro de la situación en el primer trimestre de este año. La contracción económica afecta a todos los Estados miembros, si bien sus perspectivas varían dependiendo de su relativa exposición a la crisis financiera, de la dinámica del mercado de la vivienda y del grado de apertura.

A medida que los mercados financieros se estabilicen, que la confianza de los inversores mejore y que la ayuda fiscal y la normalización monetaria contribuyan gradualmente a la actividad real, el descenso del PIB debería comenzar a estabilizarse hacia finales de este año y las tasas de crecimiento deberían volver a ser moderadamente positivas en 2010.

La recesión afecta no solo a todos los Estados miembros, sino también a casi todos los componentes de la demanda. La inversión privada se ve especialmente afectada, como lo atestiguan unas expectativas de reducción de la demanda, una brusca caída de la utilización de las capacidades y unas condiciones financieras que siguen siendo restrictivas. De igual modo, las exportaciones se han contraído fuertemente dado el acentuado descenso del comercio mundial. Mientras que el consumo privado sigue aguantando relativamente bien, gracias a unos precios del petróleo más bajos y a una menor inflación, es probable que la renta disponible efectiva se modere como consecuencia del deterioro progresivo del mercado de trabajo. Solo el consumo y la inversión públicas contribuirán positivamente al crecimiento este año, gracias en parte a las medidas de estímulo presupuestario adoptadas al amparo del Plan de Recuperación de la UE.

Efectos muy adversos en el mercado laboral y las finanzas públicas

Los mercados laborales europeos comenzaron a enfriarse durante el año pasado, con el desfase habitual que suele producirse con respecto a la desaceleración económica. Se calcula que este año el empleo se reducirá en torno al 2,5 %, tanto en la UE como en la zona del euro, y un 1,5 % más en 2010, lo que se traducirá en la pérdida de unos ocho millones y medio de puestos de trabajo en estos dos años, frente a una creación neta de nueve millones y medio de empleos en el periodo de 2006-2008.

La recesión también está afectando considerablemente a las finanzas públicas: el déficit presupuestario se duplicará con creces en la UE este año (del 2,3 % del PIB en 2008 al 6 %) y aumentará aún más en 2010 (hasta el 7,25 %). El brusco deterioro de la situación fiscal general se debe en parte a la propia desaceleración económica, ya que los estabilizadores automáticos son relativamente importantes en Europa, aunque refleja también el significativo estímulo presupuestario discrecional realizado para sostener la actividad económica.

Inflación muy baja, temporalmente

La inflación ha descendido bruscamente en los últimos meses y se prevé que lo siga haciendo en el segundo y tercer trimestres de este año, debido a nuevos efectos básicos, a un panorama económico inestable y a un descenso de los precios de los productos básicos que se da por sentado. De manera general, se prevé que la inflación (expresada por el IPCA) será ligeramente inferior al 1 % en la UE (y al 0,5 % en la zona del euro) en 2009 y que alcanzará un mínimo en ambas zonas en el tercer trimestre. Se prevé que la inflación IPCA remontará gradualmente hasta situarse en torno al 1,25 % el próximo año, una vez que los efectos básicos de los pasados aumentos bruscos de los precios de la energía y de los alimentos dejen de incluirse en la tasa anual el próximo otoño.

Se mantienen incertidumbres importantes

El informe publicado por la Comisión pone de relieve que las perspectivas en cuanto a la situación económica y la inflación son muy inciertas, ya que la economía mundial se enfrenta a la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. El riesgo de que el panorama sea peor de lo previsto depende en particular de las repercusiones de la crisis financiera y de la intensidad de los efectos de las reacciones entre diferentes sectores de la economía. Por otro lado, las medidas de estímulo fiscal y monetario adoptadas podrían ser más eficaces de lo que se espera a la hora de restablecer la estabilidad y la confianza en los mercados financieros y de apoyar la actividad económica. En cuanto a la situación futura de la inflación, parece que los riesgos se mantendrán nivelados este año como consecuencia de la posible evolución de los precios de los productos básicos y de la tendencia en la fijación de precios y salarios.