Más bienes y servicios podrán recibir la etiqueta ecológica comunitaria
El Parlamento Europeo ha aprobado la revisión de la etiqueta ecológica comunitaria, a la que podrán optar más bienes y servicios que hasta ahora. Esta etiqueta garantiza un alto nivel de calidad de los productos, así como el respeto por el medio ambiente y la salud humana. Entre los criterios de concesión de la etiqueta ecológica figurará la reducción del número de ensayos con animales, así como otros criterios medioambientales, y se establecerán objetivos entre los Estados miembros para promover la etiqueta ecológica en la adjudicación de contratos públicos.
El nuevo reglamento, aprobado ya en primera lectura por el Parlamento y el Consejo, ha sido adoptado en pleno por 663 votos a favor y 18 en contra, introduce requisitos generales para el posterior desarrollo de criterios más concretos que los bienes y servicios con la etiqueta ecológica han de cumplir. Estos criterios no están incluidos en el reglamento, sino que se establecerán en decisiones específicas para cada grupo de productos.
El objetivo de esta legislación es promover los productos respetuosos con el medio ambiente mediante un sistema voluntario conocido como "etiqueta ecológica". En la actualidad existen 26 grupos de productos que pueden optar a la etiqueta ecológica, desde jabones y champús hasta pinturas, barnices y pañuelos de papel, pasando por hoteles y campings. Uno de los principales objetivos de la revisión del sistema es incrementar el número de grupos de productos hasta 40 ó 50 en 2015.
La Comisión será la encargada de establecer criterios específicos para cada grupo de productos. Para optar a la etiqueta ecológica, los bienes y servicios tendrán que cumplir requisitos medioambientales estrictos, que se establecerán a nivel europeo tras haber consultado con expertos de la industria, organizaciones medioambientales y de consumidores y sindicatos.
Entre estos grupos, y a petición de los eurodiputados, antes de desarrollar criterios para la comida procesada, la Comisión tendrá que elaborar un estudio que determine si es posible introducir criterios ambientales fiables para estos productos. En principio, sólo los productos con certificados orgánicos podrán optar a la etiqueta ecológica, para evitar confundir a los consumidores.
La etiqueta ecológica no se concederá a los productos que contienen sustancias peligrosas para el medio ambiente o la salud humana (cancerígenas, mutagénicas o tóxicas para la reproducción). El objetivo de esta medida propuesta por los representantes de la Eurocámara es asegurar un alto nivel de seguridad y calidad de los productos.
Ensayos con animales
Tal y como propuso la delegación parlamentaria, encabezada por el ponente italiano Salvatore Tatarella, la Comisión Europea garantizará que la reducción del número de ensayos con animales también se tenga en cuenta en los criterios de concesión de la etiqueta ecológica, además de los requisitos medioambientales propuestos por la Comisión, como el impacto sobre el cambio climático, el consumo energético y la generación de residuos.
Los Estados miembros y la Comisión acordarán un plan de acción para promocionar la etiqueta ecológica, con campañas de sensibilización, información y educación. Una vez concedida, la etiqueta ecológica es válida en los 27 Estados miembros de la UE, y también en Noruega, Islandia y Liechtenstein.
Además, los países de la UE establecerán objetivos para la promoción de la etiqueta eclógica así como los criterios medioambientales ya presentes en los procesos de licitación y la adjudicación de contratos públicos.
Sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales
El pleno del Parlamento Europeo aprobó también la revisión del sistema comunitario de gestión y auditoría medioambiental (EMAS), que ayuda a las organizaciones a identificar, controlar e informar del impacto medioambiental que generan. El nuevo reglamento, que también es fruto de un acuerdo en primera lectura entre el Parlamento y el Consejo, tiene como objetivo atraer a más organizaciones para que se registren en este sistema.
La revisión del EMAS tiene como fin informar mejor del sistema a organizaciones y consumidores. Para lograrlo, se han acordado medidas financieras y fiscales, además de un sistema de normas armonizado en toda la UE. El compromiso también prevé extender el EMAS a todo el mundo, de tal manera que las empresas puedan hacer uso del sistema en sus contactos con otras organizaciones de terceros países.