La Comisión presenta sus recomendaciones sobre la inclusión de las personas excluidas del mercado laboral

El 18 de noviembre de 2008 se ha publicado en el Diario Oficial de la UE una Recomendación de la Comisión Europea de 3 de octubre de 2008 sobre la inclusión activa de las personas excluidas del mercado laboral, que  pone de relieve que la persistencia de la pobreza y el desempleo y la creciente complejidad de las desventajas múltiples requieren soluciones políticas globales e integradas.

La Recomendación 92/441/CEE del Consejo, de 24 de junio de 1992, sobre los criterios comunes relativos a recursos y prestaciones suficientes en los sistemas de protección social, sigue siendo un instrumento de referencia de las políticas comunitarias en lo que respecta a la pobreza y la exclusión social y no ha perdido su pertinencia, aunque es necesario hacer un mayor esfuerzo para poder aplicarla plenamente.

Desde 1992 han surgido nuevos instrumentos estratégicos. Uno de estos instrumentos es el Método Abierto de Coordinación en materia de Protección Social e Inclusión Social, entre cuyos objetivos se encuentra la inclusión social activa de todos, que se debe asegurar promoviendo la participación en el mercado laboral y luchando contra la pobreza y la exclusión entre las personas y los colectivos más marginados. Otro instrumento lo constituye la Estrategia Europea de Empleo, cuyos objetivos son, entre otros, reforzar la inclusión social, combatir la pobreza, impedir la exclusión del mercado laboral y fomentar la integración profesional de las personas desfavorecidas.

Por tanto, la Comisión recomienda a los Estados miembros que conciban y apliquen una estrategia global integrada para la inclusión activa de las personas excluidas del mercado laboral en la que se combinen un apoyo a la renta adecuado, unos mercados de trabajo inclusivos y acceso a unos servicios de calidad.

Las políticas de inclusión activa deberían facilitar la integración a un empleo duradero y de calidad de todas las personas capaces de trabajar, y proporcionar unos recursos suficientes para vivir con dignidad junto con ayuda para su participación social para aquellos que no puedan hacerlo.

Esta estrategia es complementaria de la iniciativa para contribuir a la puesta en la práctica, a nivel nacional, de la flexiguridad, la búsqueda de equilibrio entre la flexibilidad del mercado laboral y la seguridad del empleo. Asimismo, contribuye a la Estrategia de Lisboa por medio de la activación y la movilidad de la mano de obra y es una pieza clave de la dimensión social de la Estrategia para un Desarrollo Sostenible de la Unión Europea.

La eficacia de las políticas de inclusión activa se debería garantizar mediante:

  • Una concepción global de las políticas en la que se determine la combinación adecuada de los tres aspectos de la estrategia de inclusión activa, teniendo en cuenta su impacto conjunto en la integración social y económica de las personas desfavorecidas y sus posibles interacciones, incluidas las sinergias y correlaciones de riesgos y beneficios;
  • Una aplicación integrada de los tres aspectos de la estrategia de inclusión activa, a fin de abordar de forma efectiva las múltiples causas de la pobreza y la exclusión social y mejorar la coordinación entre los servicios y agencias públicos que llevan a cabo políticas de inclusión activa.
  • La coordinación de las políticas entre las autoridades locales, regionales, nacionales y europeas a la luz de sus respectivas funciones, competencias y prioridades particulares.
  • La participación activa de todos los demás actores pertinentes, incluidas las personas afectadas por la pobreza y la exclusión social, los interlocutores sociales, las ONG y los prestadores de servicios en el desarrollo, la ejecución y la evaluación de estrategias.

Para garantizar los recursos y beneficios en el marco de acuerdos de protección social la Recomendación de la Comisión incluye la utilización de las disposiciones y los recursos de los Fondos Estructurales, en especial del Fondo Social Europeo, para apoyar las medidas activas de inclusión. Igualmente, recomienda que se tomen las medidas necesarias para garantizar que todo el mundo, incluidos los menos privilegiados, esté informado de sus derechos y del apoyo disponible, mediante el uso, en su caso, de tecnologías de la información.

Las políticas de inclusión activa deberían:

  • Apoyar  la aplicación de derechos fundamentales.
  • Promover la igualdad entre hombres y mujeres y la igualdad de oportunidades.
  • Estudiar detenidamente las complejidades de las desventajas múltiples y de las situaciones y las necesidades específicas de los diversos grupos vulnerables.
  • Tener debidamente en cuenta las circunstancias locales y regionales y mejoren la cohesión territorial.
  • Ser coherentes con un planteamiento de ciclo vital de las políticas sociales y de empleo de modo que puedan apoyar la solidaridad entre generaciones y romper la transmisión intergeneracional de la pobreza.

Por último, la Comisión recomienda a los Estados miembros que simplifiquen en la medida de lo posible los procedimientos administrativos, así como las medidas para examinar los recursos y las situaciones.