Celebración de la Cumbre de París por el Mediterráneo
El proyecto de Unión por el Mediterráneo, lanzado hace poco más de un año por el Jefe de Estado francés con vistas a reforzar e intensificar la cooperación entre ambas orillas del Mediterráneo, fue inaugurado oficialmente el pasado 13 de julio con ocasión de la Cumbre de París por el Mediterráneo, en la que se reunieron los representantes de 43 Estados de Europa y el Mediterráneo, las instituciones europeas y diversas organizaciones regionales.
Partiendo de la evidencia de que las disparidades entre los niveles de desarrollo de una y otra orilla son cada vez más acusadas, agravando en consecuencia los riesgos de inestabilidad en el conjunto de la región, el Presidente de la República Francesa, respaldado por el conjunto de sus homólogos europeos y mediterráneos, ha inaugurado una nueva dinámica en favor de los acuerdos de asociación en el ámbito mediterráneo. Se trata no sólo de poner en práctica el acervo adquirido durante el Proceso de Barcelona, inaugurado hace 13 años por iniciativa esencialmente francesa y española, sino también de poner los medios para ampliar de forma considerable tanto las expectativas como el funcionamiento y los medios de acción.
El proyecto de Unión por el Mediterráneo se basa en tres principios simples pero esenciales: una movilización política al más alto nivel gracias a las cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno que habrán de celebrarse cada dos años; un sistema de gobierno equitativo encarnado por una copresidencia norte-sur y una secretaría permanente paritaria; y la prioridad dada a los proyectos concretos de dimensión regional capaces de generar una solidaridad de hecho.
La Cumbre de París por el Mediterráneo, para la cual se han reunido los Jefes de Estado y Gobierno de los 27 Estados miembros, de los 12 países mediterráneos miembros del Proceso de Barcelona y de otros 4 países de la cuenca mediterránea, además de a los responsables de los organismos internacionales y regionales más representativos, ha constituido un acontecimiento político de primera magnitud.
Los asistentes fueron recibidos en el Grand Palais de París por el Presidente de la República Francesa, Presidente de turno del Consejo de la Unión Europea, tras lo cual se celebraron una serie de debates a lo largo de toda la tarde. Dichos debates concluyeron con la aprobación de los primeros grandes proyectos concretos de la Unión por el Mediterráneo. Los temas centrales del debate fueron:
- La problemática medioambiental y energética, donde se incluyeron propuestas a favor de la descontaminación del Mediterráneo, del desarrollo de la energía solar y de la gestión del agua.
- Un paquete de medidas destinadas a responder al agravamiento de riesgos naturales y a los déficits de infraestructuras en materia de transporte, gracias en concreto a programas conjuntos de protección civil y desarrollo de autopistas marítimas.
- Y los desafíos planteados por el desarrollo económico y social en el Mediterráneo susceptibles de solventarse con medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y con programas de ayuda a la enseñanza superior y la investigación.
Fruto de esta reunión, los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en París han firmado una Declaración Común en la que se pone de manifiesto la importancia del papel jugado desde 1995 por el Proceso de Barcelona, que constituye el instrumento central de las relaciones Euro-mediterráneas. En mayo del presente año, la Comisión emitió una Comunicación en la que realizaba un balance de las realizaciones del Proceso de Barcelona y planteaba una iniciativa nueva basada en estos éxitos, que los reforzara, reconociendo al mismo tiempo las deficiencias que han impedido un desarrollo más rápido.