La Comisión publica un informe en el que se asegura que los controles de la UE garantizan unos alimentos seguros

El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) de la UE ha evitado o reducido muchos riesgos alimentarios y los controles de seguridad garantizan la inocuidad de nuestros alimentos, según ha comunicado la Comisión Europea. Los resultados del informe de 2011 muestran que el año pasado se transmitieron 9.157 notificaciones a través del RASFF relacionadas con incumplimientos de la legislación alimentaria de la UE, 617 de las cuales se referían a riesgos graves.

El último informe publicado por la Comisión Europea sobre los resultados del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) de la UE en 2011, muestra que este sistema desempeña un papel esencial para garantizar la seguridad “de la granja a la mesa”, desencadenando una rápida reacción cuando se detecta un riesgo alimentario. Según el informe, uno de los logros particulares ha sido el refuerzo de los controles de seguridad en las fronteras de la UE. Casi la mitad de las notificaciones estaban relacionadas con alimentos y piensos rechazados en dichas fronteras. El informe de 2010 señaló un número de notificaciones en el sistema de 8.582.

De las 3.812 notificaciones nuevas (el resto, 5.345, eran de seguimiento), 3.139 se referían a alimentos, 361 a piensos y 312 a materiales en contacto con alimentos. Entre los problemas más notificados figuran la presencia de aflatoxinas en los piensos, las frutas pasas y los frutos de cáscara y la migración de sustancias químicas de utensilios de cocina procedentes de China.

Todos los miembros del RASFF son informados rápidamente de los riesgos graves detectados en los alimentos o los piensos, de manera que puedan reaccionar juntos de forma coordinada ante las amenazas para la seguridad alimentaria y proteger así la salud de los ciudadanos de la UE. Cuando se detecta uno de estos productos, el RASFF informa al tercer país de procedencia y le pide que adopte medidas correctoras y evite que el problema vuelva a producirse. Cuando se detecta un problema grave y persistente, la Comisión pide al país en cuestión que aplique medidas correctoras urgentes, como la supresión de establecimientos de las listas, el bloqueo de las exportaciones o la intensificación de los controles.