Los líderes del G-20 se comprometen a cooperar por la recuperación y el crecimiento renovado
Los presidentes del Consejo y la Comisión Comisión Europea, Herman Van Rompuy y Manuel Durao Barroso, expresaron su satisfacción ante los resultados de la Cumbre del G-20 celebrada Seúl entre el 11 y 12 de noviembre de 2010. La UE quería que esta cumbre sirviera para avanzar en acciones conjuntas que impulsen el crecimiento mundial y el empleo, por lo que se congratula de que en el plan de Acción de Seúl el G-20 se comprometa decididamente por la acción global para el crecimiento equilibrado.
El Plan de Acción acordado en la Cumbre del G-20 de Seúl supone un claro reconocimiento de la responsabilidad conjunta que tienen todos los países. Todas las principales economías mundiales han acordado poner de su parte para lograr el reequilibrio, corregir los desequilibrios y fortalecer el proceso de evaluación mutua para promover la sostenibilidad externa.
Barroso y Van Rompuy expresaban su satisfacción por el hecho de que el método de la UE de utilizar indicadores para evaluar los desequilibrios macro-económicos y sus causas haya obtenido el respaldo de los líderes del G-20, y se comprometían a aportar la experiencia obtenida a partir del proceso de adopción un sólido mecanismo para corregir los desequilibrios macro-económicos, que actualmente se está poniendo en marcha.
La 'Guerra' de tipos de cambio
Durante la Cumbre del G-20, la UE ha ayudado a construir un consenso sobre soluciones cooperativas a las tensiones en la emisión de moneda y el comercio. Tal como la Unión proponía antes de la Cumbre a través de las comunicaciones conjuntas de los Presidentes Barroso y Van Rompuy, los líderes del G-20 acordaron pasar a un sistema de tipos de cambio más basado en el mercado y a incrementar la flexibilidad de tipo de cambio para reflejar los fundamentos económicos subyacentes y abstenerse de devaluaciones competitivas. Es importante ahora comprometerse con la luchar contra el proteccionismo en todas sus formas y completar lo antes posible la Ronda de Doha para el Desarrollo.
Por otra parte, se ha llegado al Acuerdo de Desarrollo de Seúl para el Crecimiento Compartido que establece el compromiso del G-20 de trabajar en colaboración con otros países en desarrollo y ayudarles a construir su capacidad de crecimiento y maximizar su potencial, contribuyendo así al reequilibrio mundial.
La Cumbre del G-20 ha aprobado también la reforma del FMI, algo a lo que la UE los Estados miembros han contribuido de manera decisiva, y ha apoyado la reforma de Basilea III. El G-20 mantiene asimismo el impulso a la reforma global de regulación financiera, una prioridad clave para la UE.
El Plan de Acción de Seúl
Los líderes mundiales reunidos en Seúl han acordado poner en marcha el Plan de Acción de Seúl, confeccionado con unidad de criterio con el objetivo de garantizar un firme compromiso con la cooperación, esbozar un plan orientado a la acción con los compromisos de cada miembro de políticas concretas, y cumplir los tres objetivos del crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado.
En concreto, se comprometen a tomar acciones en cinco ámbitos de actuación detallando los compromisos concretos de los miembros del G-20 en el Documento de Apoyo:
- Las políticas monetarias y de tipos de cambio
- Comercio y Políticas de Desarrollo
- Política Fiscal
- Reformas financieras
- Reformas Estructurales
Además, el G-20 mejorará el proceso de evaluación mutua (MAP) para promover la sostenibilidad externa, el fortalecimiento de la cooperación multilateral para promover la sostenibilidad y buscando toda la gama de políticas tendentes a reducir los desequilibrios excesivos y el mantenimiento de los desequilibrios en cuenta corriente en niveles sostenibles.