La UE reclama una acción coordinada en el G20 para hacer frente a los desequilibrios

En los preliminares de la Cumbre del G-20 celebrada en Seúl (Corea del Sur) entre el 11 y 12 de noviembre, la Unión Europea ha enviado un mensaje claro a sus socios en la Cumbre basado en la necesidad de una acción coordinada frente al reto colectivo al que se enfrenta el mundo. En sus respectivos mensajes, el presidente Van Rompuy y el Presidente Barroso han expresado cuáles son las principales expectativas de la Unión Europea en relación a esta Cumbre.

Los líderes del G-20 se reúnen por quinta vez en Seúl (Corea del Sur), con el fin de discutir el estado de la economía mundial y su salida de la crisis financiera. El G-20 fue designado como el foro principal para la cooperación económica internacional en la Cumbre de Pittsburgh en 2009, donde los participantes fijaron en el objetivo a corto plazo de la construcción y la recuperación económica, así como el refuerzo de la cooperación internacional para generar un crecimiento fuerte y sostenible.

Antes de la cumbre de Seúl, el Presidente Barroso y el presidente Van Rompuy, enviaron una carta a los líderes del G-20 en la que expresaban la posición de la UE sobre los diferentes elementos del programa, reflejando como ya es habitual un mensaje común de la Unión Europea, elaborado en el seno del Consejo.

El Presidente Barroso definió la Cumbre de Seúl como un examen de credibilidad, en el que la cuestión es hasta qué punto los participantes pueden acudir a esta cumbre con el objetivo de acordar una acción conjunta para impulsar el crecimiento mundial y el empleo. Aunque la situación económica actual es mejor que a finales de 2008, cuando se lanzó el G-20, y las perspectivas de crecimiento han mejorado, la recuperación es desigual y el desempleo sigue siendo muy elevado. Por lo tanto, el crecimiento y el empleo deben estar en el centro de las preocupaciones de los participantes en el G-20.

El mundo necesita acelerar y reequilibrar el crecimiento de una manera que sea beneficiosa para todos, y el G-20 está cumpliendo con esto. Una vez intercambiada información y realizada una evaluación mutua, es hora de ir más allá y aplicar el marco para el crecimiento. El G-20 ha impedido que el barco se hunda y ahora debe demostrar que sí es el principal foro de cooperación económica mundial.

Tal como recalcaba también el Presidente Van Rompuy las previsiones de crecimiento en la Unión y en la zona del euro se han duplicado con respecto a lo esperado seis meses atrás, pero se trata de una recuperación con velocidades dispares. Van Rompuy destacó que la mayoría de los Estados miembros están aplicando con éxito importantes reformas, tanto en el aspecto fiscal como en el estructural, y desde la Unión se considera que habrá un efecto positivo colateral en otros Estados miembros. "Cada país y cada región tiene su situación específica, pero todos estamos en el mismo barco", dijo el presidente Van Rompuy

Expectativas de la UE para la Cumbre del G-20 de Seúl

En este contexto, el Presidente Barroso era claro al afirmar que el G20 debe hacer frente a los desequilibrios con decisión y todas las economías importantes deben hacer su parte para lograr el reequilibrio. Al hacerlo, deben considerar las consecuencias de sus acciones en otros países. Es necesario desarrollar y utilizar instrumentos eficaces para detectar, evaluar y reducir los desequilibrios excesivos.

El presidente Van Rompuy insistió en la necesidad de coordinación en estas acciones, tanto en los desequilibrios como en los tipos de cambio, dos de los principales temas que se abordarán en Seúl. Es importante evitar las guerras de divisas a fin de evitar el proteccionismo. Una vez más la coordinación y un fuerte sentido de responsabilidad son necesarios en beneficio de la economía mundial en su conjunto. En este sentido, completar la Ronda de Doha debe seguir siendo una prioridad.

Algunos otros temas clave como la reforma de las instituciones financieras internacionales (IFI) y la reforma de la regulación financiera, o el apoyo al nuevo acuerdo sobre las normas de capital y liquidez (Basilea III) que también estarán en la agenda de debate en la cumbre de Seúl.