El Consejo estudia la situación de la agricultura en Europa

La Presidencia española, con el apoyo de una gran mayoría de los ministros reunidos en el Consejo de Agricultura pidió a la acción en áreas que van desde el refuerzo de la industria agroalimentaria para una mejor conciliación de la Política Agrícola Común (PAC) y las normas de competencia comunitarias.

El Consejo identificó la necesidad de mejorar la estructura del sector agroalimentario, por ejemplo mediante la integración de los productores primarios y procesadores pequeños y de tamaño medio con los demás eslabones de la cadena de suministro de alimentos, así como el fortalecimiento de las cooperativas y las organizaciones de productores.

Los ministros de Agricultura acordaron, en la reunión del Consejo de Agricultura y Pesca celebrado el lunes en Bruselas, un documento de conclusiones sobre cómo mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria en la Unión Europea centrado en cuatro prioridades:

  • Promover unas relaciones de mercado sostenible entre las partes interesadas.
  • Incrementar la transparencia en la cadena alimentaria para impulsar la competencia y mejorar la resistencia frente a la inestabilidad de los precios.
  • Mejorar la integración y competitividad de la cadena agroalimentaria.
  • liminar los obstáculos para acabar con las prácticas que fragmentan el mercado interior.

Otras acciones necesarias incluyen: aumentar la transparencia en la cadena alimentaria o luchar contra las prácticas desleales de comercio mediante el establecimiento de controles más estrictos.

Por otra parte, la autorregulación entre los actores de la cadena de suministro de alimentos, tales como conjuntos de contratos-tipo para la industria agro-alimentaria y códigos de buenas prácticas comerciales para todas las partes interesadas, deberían ser alentados.

Una abrumadora mayoría de los ministros también subrayaron que debería ser un mejor equilibrio entre la Política Agrícola Común (PAC), y la política de competencia de la UE. Invitaron a la Comisión que estudie el margen de flexibilidad en la aplicación de las normas de competencia.

Una cadena de suministro más eficiente de alimentos beneficiaría a los productores primarios, secundarios, distribuidores y consumidores por igual. Promover la distribución justa del valor añadido, así como las relaciones basadas en el mercado a lo largo de la cadena aumentaría la eficiencia global y reforzar la competitividad a escala europea.