La Comisión emite un informe sobre los progresos en el mercado común energético

En el marco de la aplicación de las directivas y reglamentos para regular el mercado de la electricidad y el gas en Europa, la Comisión ha elaborado un informe en el que subraya los avances que se han llevado a cabo en este ámbito en los últimos años, así como advierte de las deficiencias en la transposición de normas a las legislaciones nacionales de algunos Estados miembros y de la necesidad de seguir invirtiendo en infraestructuras.

Tras la liberalización de los mercados del gas y la electricidad en la Unión Europea, el sector energético comunitario se ha revitalizado sustancialmente. La Comisión lleva aplicando desde 2008 varios paquetes de medidas que pretenden lograr la correcta aplicación de la legislación comunitaria en los Estados Miembros de la Unión.

Según el informe, las directivas del gas y la electricidad aún no han acabado de aplicarse cuatro años después del fin del plazo de transposición.  Países como Dinamarca, Luxemburgo y los Países Bajos sí completaron la adaptación a la normativa, y otros como Reino Unido, la República Checa, Grecia, Alemania o Letonia lo hicieron tras un dictamen de la Comisión, pero la Comisión Europea va a considerar la posibilidad de incoar procedimientos de infracción en ámbitos donde no se cumplan las Directivas y Reglamentos sobre el gas y la electricidad.

El informe de la Comisión subraya que están empezando a construirse infraestructuras energéticas nuevas, lo que resulta crucial para paliar la fragmentación histórica de los mercados de la energía en la UE. La tendencia se mantendrá, si bien puede llevar algún tiempo, ya que la planificación y construcción de estas infraestructuras se perfila con un largo horizonte temporal. Asimismo, el estudio muestra un panorama desigual de los avances en materia de consolidación del mercado interior de la energía. Mientras la situación en los mercados más maduros avala las ventajas potenciales de la liberalización del mercado energético, en algunos ámbitos y Estados miembros persisten obstáculos considerables que impiden un funcionamiento eficiente de los mercados del gas y de la electricidad.

Uno de los rasgos esenciales del periodo al que se refiere el informe fue la subida de los precios de la energía, en parte debido a la subida del precio del petróleo en el mercado internacional, que desencadenó importantes subidas de los precios finales de la energía. Los consumidores industriales de gas en Suecia, Eslovaquia, Luxemburgo, Alemania, Bélgica, República Checa, Hungría, Lituania y Estonia sufrieron importantes subidas de los precios. A nivel doméstico, los precios de la electricidad fueron altos en Hungría, Eslovaquia, Alemania, Chipre, Dinamarca y Polonia (excepto en Alemania, todos ellos tienen regulación de precios), y los más bajos se localizaron en Finlandia, Francia, Noruega, Estonia, Grecia y Letonia.

Desde el verano de 2008, los precios de las fuentes de energía primaria cayeron significativamente. La competencia y la apertura de los mercados deberían garantizar que estos descensos de precios repercutan en los consumidores finales.

Si bien hay soluciones a corto plazo, como la regulación de los precios, que podrían parecer ventajosas ante subidas rápidas de los precios energéticos, el informe subraya que con ello se mina la confianza de los inversores, se desalienta la entrada en el mercado y se pone en peligro el aprovechamiento pleno de las ventajas del mercado energético. En los próximos decenios, tanto en la UE como en otras zonas del mundo se precisarán importantes inversiones en infraestructura. Sólo un mercado interior de la electricidad y del gas que funcione correctamente puede transmitir las señales de precio correctas para fomentar la inversión a largo plazo