La industria alimentaria solo podrá utilizar las sustancias aromatizantes en la UE que figuren en listas autorizadas
La Comisión Europea ha adoptado dos actos legislativos para clarificar y armonizar la utilización de las sustancias aromatizantes en el mercado único. Las sustancias aromatizantes se utilizan en una amplia variedad de alimentos, como refrescos, confitería, cereales, pasteles y yogures, y ya han sido evaluados a escala de la UE. Ahora la industria alimentaria solo podrá utilizar las sustancias que figuren en las listas autorizadas.
Dos nuevos actos legislativos adoptados por la Comisión Europea clarificarán y armonizarán la utilización de las sustancias aromatizantes en el mercado único. El primer Reglamento prevé una amplia lista de la UE de sustancias aromatizantes que pueden utilizarse en los alimentos, y se aplicará a partir del 22 de abril de 2013, con tiempo para que la industria alimentaria de la UE pueda adaptarse a las nuevas normas. Todas las sustancias aromatizantes que no figuren en la lista se prohibirán después de un periodo de eliminación gradual de dieciocho meses. El segundo acto legislativo se refiere a medidas transitorias para otros aromas, como los obtenidos a partir de fuentes no alimentarias y se aplicará a partir del 22 de octubre de 2012. En 2011, la UE retiró del mercado seis sustancias por sus efectos cancerígenos o tóxicos.
Según la Comisión Europea, la transparencia y la claridad de la información son las principales ventajas de las nuevas normas. Así, solo puede autorizarse una sustancia aromatizante que no suponga ningún riesgo para la salud de los consumidores, partiendo de las pruebas científicas disponibles, siempre que se utilice en las cantidades propuestas y que su uso induzca a error al consumidor.
Las sustancias aromatizantes se utilizan para modificar el sabor o el olor de los productos alimenticios. Tienen una larga historia de utilización segura en una amplia variedad de alimentos, como refrescos, confitería, cereales, pasteles y yogures, y ya han sido evaluados a escala de la UE, gracias a los esfuerzos en curso de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y otros organismos científicos.