La discriminación entre hombres y mujeres supone un despilfarro de talento y de recursos. Representa un coste inútil no sólo para las mujeres a las que afecta directamente, sino para toda la sociedad. Antes, las mujeres eran simplemente un grupo al que se dirigían las acciones; ahora hay una obligación formal, general y jurídica de promover la igualdad entre hombres y mujeres en todas las actividades. En la esfera económica, la reciente cumbre especial de Lisboa subrayó la necesidad de dar a las mujeres un acceso igual al mercado de trabajo, y sobre todo a los empleos de la nueva economía. La igualdad de acceso es un derecho fundamental, pero también un factor esencial para una política económica sólida, sobre todo teniendo en cuenta la escasez de competencias informáticas, cada día más importante, a escala de la UE.
Pero aún queda mucho camino por recorrer. El ritmo al que se difumina la desigualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos es demasiado lento. Si queremos que nuestros socios de fuera de la Unión Europea comprendan realmente la urgencia de una acción eficaz y rápida para reducir las diferencias entre hombres y mujeres - como en la próxima revisión de la plataforma de Pekín que tendrá lugar en las Naciones Unidas - debemos ser capaces de mostrar resultados en nuestra propia casa.

Objetivos Operativos

La Comisión estableció una serie de objetivos operativos, junto con líneas de actuación, los cuales se resumen en los siguientes:
- Potenciar la dimensión de la Política Europea de Empleo.
- Mejorar el uso de los fondos estructurales para la promoción de la igualdad de oportunidades.
-Mejorar el balance para la igualdad en puestos políticos, económicos, sociales y en la Comisión.
- Promover los derechos de las mujeres y los derechos humanos
- Luchar contra la violencia y la explotación sexual.