La Comisión presenta el Plan de trabajo de la energía para 2050 para una energía competitiva

El Plan de trabajo de la energía de cara a 2050 presentado por la Comisión explica las consecuencias de un sistema energético sin emisiones de carbono y el marco político necesario para conseguirlo. Según la Comisión, el plan serviría a los Estados miembros para tomar las decisiones necesarias en materia de energía y crear un entorno empresarial estable para la inversión privada.

La Comisión Europea ha presentado el Plan de trabajo de la energía de cara a 2050 que puede ayudar a alcanzar el objetivo de reducir las emisiones en más de un 80% para la citada fecha. Para ello, el Plan explica basándose en una serie de supuestos, las consecuencias de un sistema energético sin emisiones de carbono y el marco político necesario. Concretamente, el análisis se basa en supuestos ilustrativos creados combinando de distintas formas las cuatro vías principales de descarbonización (eficiencia energética, energía procedente de fuentes renovables, energía nuclear y CAC). La Comisión asegura que probablemente ninguna se haga realidad, pero todos los supuestos indican claramente una serie de opciones sin pesar para los próximos años. La Comisión ya presentó en marzo de este año un Plan de Acción sobre Eficiencia Energética.

Concretamente, la finalidad del plan de trabajo es alcanzar los objetivos hipocarbónicos para 2050 mientras se mejoran la competitividad y la seguridad del abastecimiento de Europa. Los Estados miembros ya están planeando sus políticas energéticas nacionales de cara al futuro pero, según la Comisión, es preciso aunar fuerzas a la hora de coordinar sus esfuerzos en un marco más amplio.

Según el Plan, la descarbonización del sistema energético es técnica y económicamente viable. Además destaca que la eficiencia energética y la energía procedente de fuentes renovables son cruciales. Independientemente de la combinación energética concreta elegida, una mayor eficiencia energética y un gran aumento del porcentaje de la energía procedente de fuentes renovables son necesarios para alcanzar los objetivos en materia de CO2 en 2050. Por otra parte, invertir antes costaría menos. Las decisiones de inversión en la infraestructura necesaria hasta 2030 deberán tomarse ahora para sustituir las infraestructuras construidas hace treinta o cuarenta años. Asimismo, las inversiones realizadas ahora allanarán el camino para unos mejores precios en el futuro. Por último, el plan destaca la necesidad de economías de escala. Un planteamiento europeo se traduciría en menores costes y mayor seguridad del abastecimiento frente a los sistemas nacionales paralelos. Este planteamiento incluye un mercado común de la energía, que debería ultimarse de aquí a 2014.