Un estudio europeo desarrolla criterios de evaluación sobre los riesgos de los nanomateriales artificiales

La emisión involuntaria de nanomateriales artificiales (NMA) en productos como los que se utilizan para recubrimientos de fachadas, podría causar riesgos en la salud y el medio ambiente. El proyecto NANOHOUSE, financiado con fondos europeos, ha descubierto que el diseño de un producto puede influir de forma involuntaria en la emisión de NMA, por lo que han desarrollado criterios para la evaluación de los riesgos que pueden plantear este tipo de materiales y así minimizar sus consecuencias.

El proyecto NANOHOUSE («Ciclo de vida de los productos basados en nanopartículas usados en recubrimientos de viviendas»), financiado con 2,4 millones de euros mediante el tema «Nanociencias, nanotecnologías, materiales y nuevas tecnologías de producción» (NMP) del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea, establece unos criterios de evaluación de riesgos que deberían utilizarse para determinar y reducir al mínimo las posibles consecuencias de los NMA. El equipo de científicos que han trabajado en el proyecto NANOHOUSE considera que sus criterios de evaluación pueden utilizarse para garantizar el desarrollo de productos seguros y sostenibles.

Distintos sectores como la medicina, la construcción y el transporte dependen de estos materiales por sus propiedades especiales como son resistencia a los rayos ultravioletas (UV), pirorretardantes, resistentes a la suciedad y a los arañazos y autolimpliables. Tras el análisis de estudios anteriores sobre nanomateriales como el proyecto ESTEEM, NANOHOUSE estableció los riesgos potenciales de los NMA utilizados en nanotejidos y recubrimientos de fachadas y realizó nuevos modelos matemáticos del comportamiento de los NMA y sobre la toxicología humana.

Gracias a estos resultados el equipo consiguió redactar una serie de criterios de evaluación del riesgo para la salud humana y el medio ambiente: hidrosolubilidad; sedimentación; estabilidad durante su incineración; toxicidad humana; alteraciones del DNA (ácido desoxirribonucleico); influencia en instalaciones de aguas residuales; daños en barreras de tejido; y efectos de translocación en la piel y el tracto digestivo o las vías respiratorias. Los mayores beneficiarios serán sobre todo quienes se dedican al sector de la construcción.