El terrorismo sigue siendo una amenaza importante en la UE según Europol

La principal conclusión de la revisión realizada por Europol sobre terrorismo en 2010 es que constituye una gran amenaza para la seguridad de la Unión Europea y sus ciudadanos y además, se ha vuelto mucho más diverso en sus métodos y en los efectos que provoca.

El Informe sobre la Situación del Terrorismo en la UE y sus Tendencias presentado en el Parlamento Europeo, pone de manifiesto que en 2010 se produjeron un total de 249 ataques terroristas, en los que murieron siete personas y decenas resultaron heridas. Este informe es uno de los productos de análisis estratégico de Europol, que proporciona a los oficiales policiales, a los políticos y al público general cifras en materia de terrorismo en la UE.

La mayoría de los ataques sufridos en 2010 en la Unión se atribuyen a grupos terroristas islámicos. Uno de ellos ocurrido en noviembre de 2010 y reivindicado por Al-Qaeda en la Península Arábiga, finalmente se vio frustrado pero tenía la capacidad de causar muchas víctimas y estaba pensado con ese objetivo. En términos generales, el número de ataques en la UE ha disminuido en relación con la cifra correspondiente a 2009, debido principalmente a una disminución significativa en el número de atentados atribuidos a ETA. Aunque por otra parte aumentaron las declaraciones de amenaza (46) para los intereses de la UE respecto a 2009.

Entre otros factores, gracias a la utilización creciente de Internet, los grupos terroristas son cada vez más diversos y flexibles en sus métodos de trabajo y además, se produce una relación cada vez mayor entre la delincuencia organizada y el terrorismo, especialmente en lo que respecta a las actividades de financiación. Algunos grupos terroristas separatistas están involucrados en el tráfico de drogas y de seres humanos para recaudar fondos para sus actividades terroristas. Por otro lado, también se tiene noticia de contactos entre grupos internacionales de tráfico de drogas y grupos terroristas islámicos en el oeste de África, que plantean la posibilidad de que la delincuencia organizada es una fuente de financiación de los grupos terroristas islámicos que operan en la región del Sahel.